¿Cómo es vivir en una Residencia Universitaria?.

¿Cómo es vivir en una Residencia Universitaria?.

Dejar el nido para iniciar el vuelo a convertirse en un futuro o futura profesional, es un desafío tanto para el estudiante, como para su familia. Conscientes de la necesidad de brindar a nuestros servidores soluciones eficientes para sus necesidades, la Asistencia Recreativa del Bienestar Social de la Ira Zona Naval, comparte con ustedes cómo es la experiencia de vivir en una Residencia Universitaria, contada por sus propios protagonistas.

Una Residencia Universitaria es un tipo de vivienda temporal que alberga a estudiantes que, a pesar de ser desconocidos entre sí y de provenir de diferentes hogares, poseen características e intereses comunes. En lo práctico, viven en igualdad de condiciones dentro del uso del espacio, favoreciendo el desarrollo de diversos vínculos entre sí, y la adaptación a un nuevo hábitat y entorno cultural.

El salto de la casa paterna hacia los primeros pasos de la independencia

Acoger a quienes comienzan o continúan sus estudios superiores y deben dejar su hogar, sus amistades, e incluso su lugar de nacimiento, requiere que el lugar que los cobije, entregue todas las facilidades para que el estudiante cree nuevas redes de comunicación con sus iguales y pueda cumplir con sus necesidades académicas.

Para Nicolás Jusari Razazi, quien es huésped desde el 2017, vivir en la Residencia de Recreo ha sido una experiencia muy positiva: "Pensé que sería más fría, no tan acogedora, y ha sido todo lo contrario, hay un muy buen ambiente y me he podido conectar con varios estudiantes, algunos incluso compañeros de universidad con los que tenemos intereses en común".

Nicolás estudia Ingeniería Civil, en la Universidad Técnica Federico Santa María, y si bien, no es una carrera fácil, ha sido beneficioso vivir en la residencia, porque según nos comentó: "podemos organizar grupos de estudio, y lo bueno es que cada persona respeta los espacios, para estudiar y convivir de buena forma".

"También, no es tan drástico el cambio de vida, no es cómo estar solo y preocuparse de todos las responsabilidades de una casa, hay apoyo y eso permite concentrarse en lo que uno debe", nos comentó Nicolás.

El alivio al presupuesto familiar y la tranquilidad para los padres

En un hogar compartido, los costos disminuyen. Un punto clave a considerar es la disminución de costos de transporte, pues nuestras residencias están cerca de la mayoría de las casas de estudios y zonas céntricas bien equipadas, ayudando a acortar tiempos de desplazamiento, haciendo más eficiente la estadía.

Para Carolina Martínez, mamá de Matías Miranda, estudiante que cursa Ingeniería Civil Mecánica en la Universidad Católica de Valparaíso, y que ha ocupado la residencia de Recreo por 4 años (contando el último año de pandemia), tener a Matías en la residencia es una tranquilidad y seguridad.

"Nosotros somos de Puerto Montt, y acá se hace mucha vida de hogar, por lo que buscábamos algo acogedor. Matías se integró muy rápido a su nuevo hogar de estudio, y ha creado vínculos muy importantes con sus compañeros e incluso el personal de la Residencia. La señora Adela (camarera) es muy preocupada. Uno sabe que su hijo está en buenas manos".

Carolina Martínez, es viuda del Sargento Víctor Miranda (Q.E.P.D) y para ella, en quien recaen las responsabiliddes del hogar y también el cuidado de su hija de 4 años, lejos de Matías, saber que durante el año académico, su hijo se encuentra resguardado, seguro y confortable, permite a toda la familia estar bien.

Una nueva familia, nuevos contactos y redes

Nueva casa, nuevos miembros, nuevas reglas. Adaptarse al régimen residencial es un desafío, no sólo para los estudiantes, si no, también para quienes están a cargo del recinto. La señora Adela Sánchez, Camarera de la Residencia de Recreo, nos cuenta que le toca ser "mano firme" a veces, sentando las bases de lo que se puede y no hacer en la residencia y velar por el bienestar de todos sus huéspedes.

"Apenas llegan, les indico que ellos deben hacerse cargo de la loza y que deben cuidar la limpieza general", nos comenta, sin embargo, siempre está preocupada de cada uno de los estudiantes. Sin querer, a veces ocupa la labor de confidente, mamá suplente y ancla, en un buque no fácil de maniobrar.

Aún se acuerda con emoción, cuando una estudiante de la Carrera de Enfermería proveniente San Felipe, le regaló un celular. "Yo no quería recibir un regalo tan costoso, pero ella me insistió para que me pusiera a tono con la tecnología y pudiéramos conversar más seguido".

Simples gestos dan cuenta de una realidad inminente, el rigor no siempre es dureza, y los lazos humanos que los estudiantes construyen, les acompañarán por siempre, tanto en sus recuerdos, como también en la práctica, acumulando redes y conexiones con otros estudiantes que puedan a futuro, ser beneficiosas en su vida laboral.

En BIENVALP #NosCuidamosTodos

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